domingo, 2 de agosto de 2015



CAMPOS VERDES

Que me canten los pajarillos
que andan de verde en verde
entre aguas de riachuelos
por  los campos de mi tierra.

Quiero que el viento me allane,
me envuelva hacia la esperanza,
me hable de madrigales
en esta campiña de colores,
entre cielos, lagos y barrancas.

© Luis Vargas Alejo

martes, 28 de julio de 2015

TROQUEL





Górgolas y puñetas
monedas defectuosas
y medallas sin carisma.

Almas en el purgatorio
cuerpos sin cabeza
y mentes sin troquelar.

Instrumentos tecnológicos
que desafían la felicidad
suplantando la razón.

Futuro inexpresivo
como tornillos sin fin
que aprietan machos.

Flujo del flujo
de la evolución inexplicable
que cabe en una bacteria
en un chip
o en una célula madre.

Nadie sabe explicar
de dónde venimos
a dónde vamos
por qué hemos de sufrir
por qué morimos.

Troquelamos el troquel
como los burros arañan la tierra
con el arado...

© Luis Vargas Alejo


viernes, 24 de julio de 2015

ANGUSTIA 21-7-2015





Horas con sabor a almendra amarga,
fatalidad del cuento de la vida,
aurora que no clarea
como despertar en un horizonte
que no es el tuyo.

Itinerario de la duda y la angustia,
 gotas de agua que tintinean
cayendo de las goteras de un tejado
que albergan todavía rocío
de un ayer hermoso que desaparece.

© Luis Vargas Alejo

jueves, 7 de mayo de 2015

ÁRBOL HERMOSO



Al pie de la carretera
la encina ahuecada y rota
aún bebe por sus hojas el agua
aún tiene vida
sujeta a la tierra parda
entre musgos y zarzales:
bellotero del tiempo.

Creciste sin que te plantaran,
salvaje y terca,
y fuiste nido de pájaros,
alimento de porcinos
sombra para el caminante
y veleta en el camino.

Novia del alcornoque
que alumbran  los bosques
del Mediterráneo,
árbol hermoso
que sondó la fuente de Lorca
como "esmeraldas líricas"

© Luis Vargas

martes, 5 de mayo de 2015

sábado, 14 de marzo de 2015

GALEÓN

Galeón navegando a sotavento
hacia las mágica islas del Caribe
en busca del sueño de Peter Pan.

Eolo soplando a veinte y cinco nudos
y no hay ola que detenga el mascarón de proa,
donde penden mis ideales,
mis triunfos, mis penas y alegrías:
todos los recuerdos de cuando fui marinero.

Agua y cielo, sol y bruma,
un trago de ron, esperanza y libertad...
la luna recortará en la mar mi galeón.  

© Luis Vargas
Galeón español del s.XVII realizado en madera por Luis Vargas

viernes, 20 de febrero de 2015

domingo, 15 de febrero de 2015

FEBRERO 1947/2015

He de cuadrar las cuentas
antes de que cierren las horas,
-pues como no hay mal que por bien no se halle-
aunque el diario esté al día, en el mayor faltan recetas
para que nos quede claro que, en cada evento o negocio,
debe haber saldo.

Lo primero es saldar con uno mismo
lo que te dio la vida, lo que hubieras
querido que te diera, los sueños,
las ilusiones, las trampas y los divorcios;
lo segundo, lo que tú diste a cambio,
con generosidad y sin ambages
sin esperar a trueque las materias;
lo tercero escrutar bien el libro diario
para ver cuanto se anduvo
y por donde, cuales los negocios,
pérdidas y ganancias, cual los cargos
cual lo abonado.

Así verás que el saldo, hay que aceptarlo
con bravura, hay que cuadrarlo, corrigiendo
los apuntes que te llevaron a la melancolía,
al no saber por donde ibas
y querer que las cosas sean de medida exacta
cuando son, por principio, como son,
siempre aleatorias, imprevisibles y de difícil
cuadratura, aunque a veces,
parezca que el fiel de la balanza, se aquieta.

Y llegado a este punto
deberemos ir haciendo balance,
comprobar nuestro patrimonio,
los réditos, los préstamos, las deudas
y cuantas hipotecas hemos saldado.
De esta manera podremos entender
nuestra vida
y sacar a la luz, después del tiempo vivido,
si había algo oculto -por sí o por no-
con alguna contabilidad paralela.

Y en llegando a buen puerto
-con los años que va uno cumpliendo-
siendo ya tan mayor que te llaman viejo
sentirse en paz
procurando amar lo que se vive
y no vivir para que lo que se ama
-siempre ilusorio-
respetando a cada cual sus aventuras
sus desgracias, sus desvelos, sus amores
y cuantas pasiones le llevaron a la buena
o mala suerte.

La vida es breve y pasa veloz sin remisión,
como si quisiéramos limpiar un tren supersónico
que nunca para en nuestra estación,
tarda lo que el tiempo en sentirse, pero los ojos
no lo ven.

© Luis Vargas Alejo