jueves, 15 de agosto de 2019

RBP_SAF_Charles Aznavour - Ne Me Quitte Pas




No me dejes.
Necesitamos olvidar.
Todo puede olvidarse
cuando ya se escapa.
Olvidar el tiempo
de los malentendidos,
y el tiempo perdido
sin saber cómo.
Olvidar esas horas
que mataban, a veces,
el corazón de la dicha
a golpes de porqués.
No me dejes.

Te regalaré
perlas de lluvia
traídas de países
donde no llueve.
Excavaré la tierra
hasta después de muerto
para cubrir tu cuerpo
de oro y de luz.
Construiré un reino
donde el amor será rey,
donde el amor será ley,
donde tú serás reina...
Pero no me dejes.

No me dejes.
Te inventaré
palabras absurdas
que solo tú entenderás.
Te hablaré
de aquellos amantes
que vieron dos veces
abrasarse su corazón.
Te contaré la historia
de ese rey muerto
por no haber podido
encontrarte.
No me dejes.

A menudo, se ha visto
resurgir el fuego
del antiguo volcán
que parecía tan viejo.
Hay, incluso,
tierras quemadas
que dan más trigo
que el mejor abril.
Y cuando cae la tarde,
¿acaso no se funden
el rojo y el negro
para que el cielo arda?
No me dejes.

No me dejes.
Ya no quiero llorar.
Ya no quiero hablar.
Me esconderé allí
para verte bailar
y sonreír,
para oírte cantar
y luego reír.
Déjame ser
la sombra de tu sombra,
la sombra de tu mano,
la sombra de tu perro...
Pero no me dejes

Ne me quitte pas
Il faut oublier
Tout peut s'oublier
Qui s'enfuit déjà
Oublier le temps
Des malentendus
Et le temps perdu
À savoir comment
Oublier ces heures
Qui tuaient parfois
À coups de pourquoi
Le coeur du bonheure
Ne me quitte pas

Moi je t'offrirai
Des perles de pluie
Venues de pays
Où il ne pleut pas
Je creuserai la terre
Jusqu'après ma mort
Pour couvrir ton corps
D'or et de lumière
Je ferai un domaine
Où l'amour sera roi
Où l'amour sera loi
Où tu seras reine
Ne me quitte pas

Ne me quitte pas
Je t'inventerai
Des mots insensés
Que tu comprendras
Je te parlerai
De ces amants là
Qui ont vu deux fois
Leurs coeurs s'embraser
Je te raconterai
L'histoire de ce roi
Mort de n'avoir pas
Pu te rencontrer
Ne me quitte pas

On a vu souvent
Rejaillir le feu
De un ancien volcan
Qu'on croyait trop vieux
Il est paraît-il
Des terres brûlées
Donnant plus de blé
Qu'un meilleur avril
Et quand vient le soir
Pour qu'un ciel flamboie
Le rouge et le noir
Ne s'épousent-ils pas
Ne me quite pas

Ne me quite pas
Je ne vais plus pleurer
Je ne vais plus parler
Je me cacherai là
À te regarder
Danser et sourire
Et à t'écouter
Chanter et puis rire
Laisse-moi devenir
L'ombre de ton ombre
L'ombre de ta main
L'ombre de ton chien
Ne me quitte pas

sábado, 1 de junio de 2019

AMISTAD

Quiero escribirte a pulmón abierto
para decirte cuanto aire me falta
desde que no leo tus poemas
y así me ahogo.

Hay tanto mar en la distancia
y hemos cumplido tantos años
que ni insuflando palabras nuevas
respiro.

Y es que hay que contar la vida
y escucharla al amor de los silencios
pues entiendo que no hay nada más hermoso
que saber del amor de amigo.

Abrazos te envío desde tan lejos
recuerdos de un Martí que ya no existe
y que sepas que, sin ti, mi vida,
es otra.

Un abrazo
Luis Vargas Alejo
 

viernes, 12 de abril de 2019

Albaicín-Granada_óleo de Luis Vargas Alejo 70 x 30 cms


Al pie de Sierra Nevada, 
en un bello paraíso, 
se encuentra, porque Dios quiso, 
la bellísima Granada. 
Cuanta hermosura reuniste, 
Boabdil, ¡cuanto su encanto! 
Comprendo tu amargo llanto 
al mirar lo que perdiste. 
Ay, Alhambra de los moros, 
Generalife florido. 
Ay, Albaicín añorado. 
¡Cuantos hermosos tesoros...! 
¡Jamás tendréis el olvido 
de aquel que os ha contemplado! 
 
Antonio Pardal 
 
 Como el tronco del árbol retuerce sus ramas secas el Albaicin retuerce sus calles y sus veredas de empinadas cuestas y peldaños  de cemento envejecido.
Llegar a la cima es cansar el alma para luego descansarla en un minarete donde la nieve que aún queda en las cumbres de las montañas se convierten en espejos y reposo para el cuerpo más cansado.

 
Inmaculada Jimenez Montero

domingo, 24 de marzo de 2019

NOSTALGIA


Recorrí mi niñez por el pasillo y escaleras de la casa
y tuve una adolescencia sin estimar el futuro
como una luz, un clamor, que se descubre en los juegos,
y  fue de joven cuando empecé a crear mi mundo.

Una juventud de melancolía luchando por ser yo
y  vadeando los caminos de barro y cañas,
 se fue la senda trazando con los pies descalzos
por los campos del Edén que no existían.

Sin descubrir la esencia de la sustancia, ni la cruz
de las plegarias, en las solitarias noches de otoño
quise ser alquimista de la poesía, del silencio aventurero
que surca mares imaginarios, entre azules celestes.

Yo que nací en Madrid con ansias de ser un gran gato
y solo fui una rana saltando de charca en charca,
y me exilié en Granada, donde viví desventuras y pesares
en los atardeceres malva que cegaron mis ojos.

Y lloré por los caminos desde la Alhambra a Cibeles
desde Cibeles a la Alhambra, equivocando la ruta
que me hizo un extranjero sin que pudiera volver
a la tierra en que nací, que tanto extraño.

Y herido por desengaños tuve la amarga constancia
de ser y no ser.

Fue severa conmigo la vida, piedra vasta sin pulir,
como música sin canto, sin letra y sin compás,
y nunca me gustó el vino, ni tuve alma de viajero.
Fui actor de una obra, que interpreté mintiéndome.

¿Qué pude haber hecho si hubiera seguido buscando
la piedra filosofal, en vez de admitir circunstancias?
¿Qué le voy a hacer si soy de los barrios pobres
de aquel Madrid que tanto amé y del que huí
como un ingenuo que busca mejor fortuna?

Y me vuelvo y me revuelvo, andando por esta aldea,
jugando con los deseos, que guardé alguna vez
en sitios ocultos del alma, envueltos en seda fina,
como fotos en sepia que se añoran y se quieren.

Y cuando me busque la muerte, y me lleve entre las nubes,
en mis alas blancas habrá escritas cien mil palabras,
preguntando por qué no pude llegar en barca
navegando por el Manzanares a colmar mis ilusiones.

Y dejadme allí en el llano,  junto a pinos, encinas y madroños
porque yo, nací en Madrid, entre las calles más castizas
de La Latina, La Paloma y La Fuentecilla
donde jugaba de niño a ser feliz entre los mansos ideales. 

© Luis Vargas Alejo