Exposición de Pinturas de Luis Vargas
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lunes, 16 de noviembre de 2009
viernes, 13 de noviembre de 2009
SOPLOS Y ASPIRACIONES
Soplo aspiraciones,
hacia lugares que se vuelven vientos,
recogiendo energías y parajes
de todo lo que existe,
de todo cuanto amo y me ama,
a pulmón abierto,
henchido de temores y quereres.
En la vertical paciencia del alminar
se conmueve y bifurca
el pensamiento en el aire,
entre lo esencial y lo superfluo,
la presencia y lo presentido,
lo aspirado y el soplo
de los sintagmas
que dan vida, boca a boca.
Y descubrimos el lenguaje
en lo alto de los tiempos,
prendido como fruto, dulce o agrio,
de los largos brazos de un coquí,
o en el vaivén errante de las cosas.
Y allí,
aspirando soplos,
soplando aspiraciones,
comienza el poema en soliloquios
a revolotear en conjuros opacos
y convertirse en suspiros fuertes
que tratan de llamar respuestas.
Monzones que argumentan vértigos
por los puentes de arena
se ondulan los soplos,
dejando que quepan las aspiraciones
y rocen los contornos de los otros,
para trasformarse en dunas
amarillas, rojizas, malvas,
como líneas de pechos
que amanten extremos unidos:
boca junto al pezón,
palabra junto al silencio,
soledad frente al amor.
lunes, 2 de noviembre de 2009
HOY ME LEVANTÉ AL AMANECER
Hoy me levanté al amanecer
sin poder dormir entre las sábanas,
y me vine aquí,
a este cuadro de insomnios y verdades,
a este rincón de opacos sentimientos
donde se conversa a solas como un loco,
en la soledad de las noches crueles.
Y oí el canto de un pájaro que aún dormía...
y el verde de los pinos que aún eran grises...
y la luna nueva que soñaba
junto a la Osa Mayor tirando de su carro.
Venus me guiñaba sus ojos......
y luché, por luchar, contra los signos,
embelesándome.
Bajo la cúpula atroz de lapislázuli
dialogaba con los fantasmas de siempre.
Sentí pudor de gritar ausencias
porque no hay más luz que la luz,
ni más océano que el inmenso,
a cuyo viento navegan los poemas
zozobrando en conjeturas y en fiestas,
prendiendo lazos en los sauces,
oyéndose en el rumor de las abejas
y oliéndose en la madera verde.
Resistir a lo enajenado,
igual que lo hace el bosque a un desierto,
afianzado, lleno de raíces,
lleno de ramas entrecruzadas,
sirve para vestir una desnudez
tejiendo túnicas sin materia:
Sintetizo, exprimo sabias, avanzo,
rezuma agua, y aún así,
adolezco de muchas carencias.
Oh¡,
la mañana ya clarea y temo retornar a mi cordura...
En la distancia en que nos vemos
no debe haber iris de colores:
solo brisas,
ecos,
sentimientos.....
no ser de uno mismo
-aunque se sea -
siendo del otro
al que se ama.
Así la soledad, será más pequeña.
© Luis Vargas
sin poder dormir entre las sábanas,
y me vine aquí,
a este cuadro de insomnios y verdades,
a este rincón de opacos sentimientos
donde se conversa a solas como un loco,
en la soledad de las noches crueles.
Y oí el canto de un pájaro que aún dormía...
y el verde de los pinos que aún eran grises...
y la luna nueva que soñaba
junto a la Osa Mayor tirando de su carro.
Venus me guiñaba sus ojos......
y luché, por luchar, contra los signos,
embelesándome.
Bajo la cúpula atroz de lapislázuli
dialogaba con los fantasmas de siempre.
Sentí pudor de gritar ausencias
porque no hay más luz que la luz,
ni más océano que el inmenso,
a cuyo viento navegan los poemas
zozobrando en conjeturas y en fiestas,
prendiendo lazos en los sauces,
oyéndose en el rumor de las abejas
y oliéndose en la madera verde.
Resistir a lo enajenado,
igual que lo hace el bosque a un desierto,
afianzado, lleno de raíces,
lleno de ramas entrecruzadas,
sirve para vestir una desnudez
tejiendo túnicas sin materia:
Sintetizo, exprimo sabias, avanzo,
rezuma agua, y aún así,
adolezco de muchas carencias.
Oh¡,
la mañana ya clarea y temo retornar a mi cordura...
En la distancia en que nos vemos
no debe haber iris de colores:
solo brisas,
ecos,
sentimientos.....
no ser de uno mismo
-aunque se sea -
siendo del otro
al que se ama.
Así la soledad, será más pequeña.
© Luis Vargas
sábado, 10 de octubre de 2009
sábado, 19 de septiembre de 2009
AÚN DESPUÉS
AÚN DESPUÉS
Te hablaré de aquella hora
soluble en el espacio, parecida
al rocío de la mañana,
que tiembla en los labios de una fresa.
De la alegría de la casa, de la huerta,
del rosetón de colores, del río.
Te hablaré del sol cuando nace
detrás de la montaña. De tu casa
y la mía, del camino que hay
chopera arriba, de tus ojos, de la luz
de la almendra, de las superficies
y los ángulos.
Te hablaré de lo que hubo, de lo que hay,
de lo que queda, de lo de siempre, de tu sonrisa...
Ay, todo sigue igual y continúa, vibra
como lo hace el cuerpo enjaezado de caricias
con aquel escalofrío medular de la noche inmensa.
Todo sigue igual: los niños juegan,
el olor a pan recién horneado, las vides
con su misterio, los sueños…
Te hablaba…
y aunque ya no pueda, te cuento, -bien lo sabes-,
desde el cenit de la ladera, cuánto amé la vida,
cuánto te quiero,
aunque hoy esté muerto para ti
y la vida siga.
© Luis Vargas
Te hablaré de aquella hora
soluble en el espacio, parecida
al rocío de la mañana,
que tiembla en los labios de una fresa.
De la alegría de la casa, de la huerta,
del rosetón de colores, del río.
Te hablaré del sol cuando nace
detrás de la montaña. De tu casa
y la mía, del camino que hay
chopera arriba, de tus ojos, de la luz
de la almendra, de las superficies
y los ángulos.
Te hablaré de lo que hubo, de lo que hay,
de lo que queda, de lo de siempre, de tu sonrisa...
Ay, todo sigue igual y continúa, vibra
como lo hace el cuerpo enjaezado de caricias
con aquel escalofrío medular de la noche inmensa.
Todo sigue igual: los niños juegan,
el olor a pan recién horneado, las vides
con su misterio, los sueños…
Te hablaba…
y aunque ya no pueda, te cuento, -bien lo sabes-,
desde el cenit de la ladera, cuánto amé la vida,
cuánto te quiero,
aunque hoy esté muerto para ti
y la vida siga.
© Luis Vargas
viernes, 11 de septiembre de 2009
AZUL TURQUESA (a mi esposa)
Me obsesionan los jinetes de color azul turquesa.
El viento de tu mirada. Tus ojos, sí, tus ojos.
Tu boca, sí, tu boca. Tu pelo, sí, tu pelo.
La serpentina de plata que cruza el valle de tus montañas,
nacimiento y caudal de todas mis ansias.
Me obsesiona tu gesto y tu alma.
Aquella noche oscura que tú alumbraste
con aquella sinfonía de besos y de palabras.
Te quiero, desde hace tanto,
que no sé si el tiempo va hacia tras o hacia delante.
Espero recabar la memoria para tenerte siempre en mi pensamiento
y auscultar los enigmas del amor
con la pasión del que espera y lucha por un milagro.
© Luis Vargas Alejo
El viento de tu mirada. Tus ojos, sí, tus ojos.
Tu boca, sí, tu boca. Tu pelo, sí, tu pelo.
La serpentina de plata que cruza el valle de tus montañas,
nacimiento y caudal de todas mis ansias.
Me obsesiona tu gesto y tu alma.
Aquella noche oscura que tú alumbraste
con aquella sinfonía de besos y de palabras.
Te quiero, desde hace tanto,
que no sé si el tiempo va hacia tras o hacia delante.
Espero recabar la memoria para tenerte siempre en mi pensamiento
y auscultar los enigmas del amor
con la pasión del que espera y lucha por un milagro.
© Luis Vargas Alejo
jueves, 27 de agosto de 2009
LO EXTRAÑO
Un extraño
sumergido en preguntas
puede cambiar la experiencia
y convertir la narración
en una feliz
disputa
en un básico salvavidas
o en un cambio
radical
de la vivencia
que no se ve.
Puede cambiar
las paredes
de la casa
por mosaicos
transparentes
con sólo una condición:
que el extraño no se haga
conocido y cotidiano
porque entonces necesito otro presunto extraño
o crearé, irremisiblemente, la idea de dios,
como las bacterias crearon el oxígeno
fuente y origen de la vida de los mamíferos
y veneno letal que oxida la materia.
© Luis Vargas
sumergido en preguntas
puede cambiar la experiencia
y convertir la narración
en una feliz
disputa
en un básico salvavidas
o en un cambio
radical
de la vivencia
que no se ve.
Puede cambiar
las paredes
de la casa
por mosaicos
transparentes
con sólo una condición:
que el extraño no se haga
conocido y cotidiano
porque entonces necesito otro presunto extraño
o crearé, irremisiblemente, la idea de dios,
como las bacterias crearon el oxígeno
fuente y origen de la vida de los mamíferos
y veneno letal que oxida la materia.
© Luis Vargas
viernes, 21 de agosto de 2009
jueves, 11 de junio de 2009
miércoles, 10 de junio de 2009
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