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UN HUECO DE ESCALERA
En la antesala de la luz/penunbra.
En la comba de la sombra/lumen,
¿cual es misterio de una rayo
que atraviesa el cenit?
¿Y cómo han de ser los pespuntes
que fraseen los sentimientos
y abotonen los rosarios de los besos?
¿Y cómo abarcar lo inédito
sorbiendo hilos desatados?
Ah, el lento reposo,
que ahuecado apaga y humea
la llama en su asfixia.
¿Y cómo abarcar el universo
sin darnos de bruces en el suelo
al dar un salto tan alto?
Salgamos:
más abajo
hay un hueco
de escalera.
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AÚN DESPUÉS
Te hablaré de aquella hora
soluble en el espacio, parecida
al rocío de la mañana,
que tiembla en los labios de una fresa.
De la alegría de la casa, de la huerta,
del rosetón de colores, del río.
Te hablaré del sol cuando nace
detrás de la montaña. De tu casa
y la mía, del camino que hay
chopera arriba, de tus ojos, de la luz
de la almendra, de las superficies
y los ángulos.
Te hablaré de lo que hubo, de lo que hay,
de lo que queda, de lo de siempre, de tu sonrisa...
Ay, todo sigue igual y continúa, vibra
como lo hace el cuerpo enjaezado de caricias
con aquel escalofrío medular de la noche inmensa.
Todo sigue igual: los niños juegan,
el olor a pan recién horneado, las vides
con su misterio, los sueños…
Te hablaba…
y aunque ya no pueda, te cuento, -bien lo sabes-,
desde el cenit de la ladera, cuánto amé la vida,
cuánto te quiero,
aunque hoy esté muerto para ti
y la vida siga.
© Luis Vargas Alejo
1 comentario:
Magníficos poemas, amigo. Te felicito.
Abrazos
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