Al pie de la carretera
la encina ahuecada y rota
aún bebe por sus hojas el agua
aún tiene vida
sujeta a la tierra parda
entre musgos y zarzales:
bellotero del tiempo.
Creciste sin que te plantaran,
salvaje y terca,
y fuiste nido de pájaros,
alimento de porcinos
sombra para el caminante
y veleta en el camino.
Novia del alcornoque
que alumbran los bosques
del Mediterráneo,
árbol hermoso
que sondó la fuente de Lorca
como "esmeraldas líricas"
© Luis Vargas