Se
fue sin destino con causa o sin ella
y
me quedé muy solo:
sin
que nadie vigilara la puerta,
sin
el paseo mañanero,
sin
mi amigo.
No
habrá quien me despierte al alba
saltando
de alegría al verme,
y
el cielo será menos azul
y
menos plácido.
Ya no habrá quien me espere desde la escalera
con
toda la paciencia del mundo
a
que yo despierte de la siesta y le diga:
venga,
vamos.
Sólo
queda el recuerdo y la conciencia clara
de
habernos querido
tu
siempre a mi lado, yo siempre junto a ti
bajo
el limonero del patio
contándote
mis cosas mientras tú me mirabas
con
ojos de bondad.
Hoy
estoy muy triste
porque
se ha muerto mi fiel amigo Pichy, mi perro.
© Luis Vargas Alejo
2 comentarios:
Me resulta un poema muy bien logrado, Maestro. Estupendo!
es una pena que haya fallecido el tocayo —gusrdo su retrato.
Fuerte abrazo
Lo siento mucho.
El poema es muy bonito y sentido.
Negro pinchón, amigo
De mi amigo,
Vuela
Y encuentra la paz allá
Donde estés
Aunque aquí dejes
gran vacío.
Besos
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