Era un verso disfrazado
con imaginadas ropas lujosas,
metáforas que escondían
los miedos,
los amores
la pobreza y la riqueza,
la vida
con un sin fin de penas,
guardadas con aquel glamour
de un verso disfrazado.
Era un día como otros tantos
donde había un punto de luz
y un hipnótico punto de sombra
una palabra
una historia
encarcelada en el pliegue del
ceño
como un estigma con sangre
pasada
recordando un poema
escrito en un libro blanco
que edité, antes de que la parca
me llamara
...en un día como otros tantos.
© Luis Vargas Alejo
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