Tengo esa necesidad
imperterrita,
inaplacable,
longeva
de acrecentar el verbo
sin florituras
ya sea con el recuerdo
de tus labios entreabiertos
cuando tiritan de frio
o de tus caricias, arrancando las heridas
de mis manos.
Pero con los desvelos que me acechan
crece toda la flora
inhospita,
intransitable,
maloliente...
que envenena los poemas.
Begoña M. B.
2 comentarios:
Desde aquí no me llega nada.
🤷
ESPERO QUE AHORA TE LLEGUE.
Tenemos esa necesidad imperiosa de seguir juntos para acrecentar nuestro verbo para quitar los desvelos que envenenan nuestra vida.
Tu poema es de lo mejor que te he leído. Gracias por escribir aquí
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