miércoles, 25 de septiembre de 2013

NO SUPE EL POR QUÉ

Fruto de la ignorancia no amasé bien el pan en el horno adecuado, y con susto huí dejando abandonados los enseres de hornear la vida y fuíme a no se sabe qué lugar con espacios desconocidos y levitas largas como soñando fugazmente y distraído. Y así fue como pasó el tiempo y bajé al sur y no encontré nada nuevo ni diferente, sino puertas cerradas que abanican el aire y desnudan la capacidad de las ilusiones, como nubes que transportan aguas de borrajas. Cuando quise segar el trigo molerlo en la piedra del futuro enseñorear la tierra amasar la harina y el agua y vender el pan: había pasado tanto tiempo que estaba rancio. En el armario de vieja luna se reflejaron los fracasos y los miedos y fue duro volver a empezar. © Luis Vargas