jueves, 22 de marzo de 2018

EL TINTERO




Casi todo lo escrito
está en los cartuchos de tinta
que carga el tintero.

Pescarlo con la pluma
es tarea bien difícil, en ocasiones
imposible, bien porque el tintero
se seca, bien porque los motivos
se mojan, bien porque desmotivado
se pintan lunas.

Casi todo lo que cuenta usted (o yo mismo)
me lo han contado ya
doscientas veintidós mil veces
porque nuestra vida
es una canción que dura tres minutos
y dos de ellos
es un estribillo que se repite.

Casi todo lo que sé, lo que pienso y siento,
me lo evocan los demás cuando me hablan,
si no fuera así,
sólo me acordaría del "aquí y ahora"
(que es lo que es de verdad)
y de algunas cosas que rememoro en silencio
guardadas en cajas de caudales,
-quizás porque sean demasiado importantes
o demasiado “fomes”-
que sólo, solamente, a mí me hicieron feliz,
aunque en realidad
es que están demasiado difusas o son absurdas.

¿Hablar de amor?:
eso lo hace cualquiera a todas horas
en noches de plenilunio.

Lo difícil es soltar las riendas al caballo
o escribir versos largos en líneas cortas,
uno tras otro,
al paso, al trote, al galope,
construyendo el ritmo
con magnitud de beso en boca,
sin ideas mitológicas, ni platónicas,
libre:
ni rimas, ni métricas
y dejar tus sentimientos prendidos
en la grupa de un corcel.

© Luis Vargas Alejo