sábado, 7 de enero de 2012

LA DE TROYA

He encontrado


debajo de las aguas del mar Tirreno,

un sueño de Ulises

colgado de un monumento megalítico,

pendiendo de una Odisea

desde el Mare Nostrum al Mar Egeo,

en un periplo de falso amor

interminable.



Peloponeso arriba y abajo,

navegué junto a los cánticos

de las náyades,

aquellas que guían el camino

de una entelequia,

que los políticos prometen,

como un regreso a la olvidada Itaca

tras la guerra de Troya,

parecido a la música

de aquellas sirenas.



Soy tonto de capirote –que decía Neruda-

por creerme las leyendas.


© Luis Vargas