Eslabones Perdidos_Antología





Prólogo del Autor


Hoy vivimos en medio de una transición y cambio fundamental de la vida social en todos los sentidos. Todo va a tanta velocidad que aún no se ha podido reaccionar y se está a la expectativa de “a ver qué pasa”. El mundo pobre se traslada en bandadas hacia los países desarrollados y ricos, nacen nuevas vicisitudes que se trasmiten bajo el conjuro de la globalización que trata de abarcar el conjunto humano mundial, -no siendo así porque la realidad es que se globaliza lo desarrollado y no lo tercermundista- ya no se puede dividir el mundo en oriente y occidente, norte y sur, aunque todavía esté dividido. La religión aún no se ha adecuado a los tiempos de cambio y se mantienen los hechiceros y las supersticiones, los fundamentalismo de autodefensa de lo conocido y las tradiciones clásicas de las corrientes religiosas más imperantes en la tierra. Todo se trasforma rápidamente, sin embargo, todo esto cambia lentamente.

Existe una tendencia poética, parecida al “ultraismo” de 1918, de rebeldía con todo lo anterior que no cuaja. Los poetas actuales seguimos escribiendo como ultraístas, creacionistas, surrealistas, realistas, etc. o mejor yo diría que hay una mezcla de todo eso, sin ser eso mismo, pero preconizando que hay que adecuarse a los tiempos actuales, para lo cual y sorprendentemente, se agarran fuertemente a las imágenes múltiples, al hermetismo y formas peculiares, como si fuera el único camino existente en poesía o ignorando que hubiera una ultra modernidad, que vivimos en el siglo XXI. Parecen anclados en ese Ultraísmo como defensa de la poesía contemporánea que ya ha dejado de ser. Al mismo tiempo se da una poesía popular basada en lo emocional, de rasgos poco cultos, de simpleza parecida al fenómeno hablado y no escrito. Por otro lado, hay atisbos de realismo cotidiano con palabras frescas y bien organizadas que llevan aspecto de ser la nueva poesía, la que se llama “poesía realista sucia” y “poesía realista clara” que va explicando en forma y fondo, el momento “hip-hop” que hoy se vive.

En realidad, en mi opinión, hay tal confusión espiritual, artística, social y de sistemas estables, hay tanto desconcierto en el mundo, valores desterrados, diferencias sociales (al máximo) cataclismos, hambruna, que deberíamos hacer, no un nuevo movimiento poético de salvación, sino una ONG-poética con gritos despiadados hacia la conciencia general de la humanidad. Hacia todos los que ponen puertas al campo, a quienes hacen barcas pequeñas para que se salven unos pocos de la tormenta universal y no tienen en cuenta que cuando viene el tsunami, el ciclón, el tifón, no hay poema que lo resista, ni psicodrama que abarque lo poético, porque no están construidos lejos de la rivera y con buenos elementos antisísmicos y anti todo, a pesar de creerse salvadores del mundo.

En poesía, por tanto, hoy, se está echando mano de lo usado, consabido y gastado, por escasez de nuevos recursos. Se vuelve hacia atrás. Posiblemente, para dar un salto hacia delante, pero que todavía no se ha dado. Pero hay un fenómeno espectacular debido a la técnica y gracias al Internet: se escribe mucha poesía y además se lee. Por lo que he de deducir que está resucitando un nuevo acontecer a pesar de los destructores y tsunamis, opuestos en minoría al resto general, endiosados por lo experimental, la intelectualidad mal entendida y el estilo de mala educación, que nada tiene que ver con la estilística poética.

La sociedad tiende a encontrar en ésta nueva poesía, sencilla y clara, la paz espiritual perdida, la seguridad y la catarsis interior que la haga encontrarse en éste maremágnum de cosas que están achicando las distancias y desarrollando la tan cacareada globalización. Y ahí van los poetas en busca de la fórmula o el paradigma con el que formar la vida futura y la expresión artística renovada. Es la nueva forma de orar y encontrarse con lo religioso. (Sin menospreciar las llamadas religiones verdaderas involucionistas que también están “a ver qué pasa”)

Por eso, hoy, vale todo en poesía – dicen muchos- porque no hay ninguna estética de éste siglo XXI, vivimos de las rentas del pasado, a caballo entre la estética emocional y la estética intelectual, entre la imagen y la metáfora, frente a la idea clara y explicativa de la realidad, - la pura y dura realidad - , pregonando como solución intermedia y mediática que todo cuanto nazca de la emoción y contenga imágenes es poesía. Y, ésta concepción, puede salvar las almas, pero no la poética. A mi juicio la poesía es algo más que emoción y palabras, es ritmo, sonoridad, espacialidad, eco de la realidad y experiencia, sin contar los hechos que la causan: es conocimiento e ideología; expresión de lo interno y de lo externo y, sobre todo, es lenguaje especial y mediatismo esencial del ser.

Hoy está puesto “en tela de juicio” el cómo se debe escribir poesía, y está en cuarentena la nueva estética: neo-ultraísta. Sigamos avanzando.


1


PUNTUALIDAD


Eslabones perdidos como fantasmas,

voy buscando

una talla entre piedras,

por las ruinas de Fenicia,

por la magia megalítica de los druidas,

columnas / piernas, tacto de ojos,

sexo escondido, pasión y ternura,

puente sobre el Sena,

atolón sobre la mar,

deseo infinito

de curar siniestros males,

abrir escolleras, respirar el aire,

desgarrar cortinajes y regar tu piel

con sustancias de poesía.

2

TE AMO

Sutil condescendencia pendiente de un hilo,

no quiero decir “ te quiero” sino “ te amo”,

no quiero abarcar el mundo grande

ni ser misántropo cuaresmal

disfrazado de viento

bajo sábanas de ternura,

quiero ser puntual en tu deseo

y simplemente abrazarte.

3

DESIERTOS DE RAFIA

Te miro a los ojos, quiero verte entera,

quiero que me hables, grites, arrulles al viento,

que te muevas con el ansia de un destino,

que seas abisal,

cielo escarlata, latido, sabia,

mirador que brilla en gozo,

el que cuelga en racimos de esperanza

en un ópalo de incienso...


no se apagarán las piras,

ni por ti, ni por mí, ni por nada,

de ello depende el fuego,

rescoldo tuyo / mío

de nostalgia...


oh, mujer,

imprescindible ser que abona desiertos de rafia,

hace crecer lo verde, engendra el palmeral

y lo inunda con su agua.

4

TATUAJE DE AMOR

Después del asedio y la tortura

del amor brutal,

quedó tatuada en mi alma

una imagen,

piel debajo de la piel, palabras sin letras,

silencios en papiros

de árboles que se enarbolan,

viento que arde y se incrusta

a sangre y fuego

como un tatuaje de color sepia,

ojos de túnel largo, cuello de cisne,

latido múltiple de venas preciosas, ardor

en tus pechos de mármol,

en tu armónica cintura, esa

por donde se baja

a la belleza de la vida mortal.


Simplicidad que se gesta con el gesto

en arrebato velocísimo del beso furioso,

bondad y vida

para embrutecerme de ti.


© Luis Vargas













1 comentario:

José Valle Valdés dijo...

Esta antología, de la que muestras buenos poemas, se hace valer por la magnífica introducción.
Por ésta última, ya me resulta de valor; sus ideas abren un posible camino, entre la maleza, de tantas actuales maneras de enfrentar al poema y su poesía.

Abrazo