martes, 20 de junio de 2017

La sátira de Cervantes a las obras clásicas de su tiempo

Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los pequeños y pintados pajarillos con sus arpadas lenguas habían saludado con dulce y meliflua armonía la venida de la rosada aurora, que, dejando la blanda cama del celoso marido, por las puertas y balcones del manchego horizonte a los mortales se mostraba, cuando el famoso caballero don Quijote de la Mancha dejando las ociosas plumas, subió sobre su famoso caballo Rocinante, y comenzó a caminar por el antiguo y conocido campo de Montiel.

Mi Guel de Cervantes: El Quijote

2 comentarios:

José Valle Valdés dijo...

Buen ejemplo nos presentas, Maestro. Mucho y para mucho nos da esta obra.

Abrazos

Luvar dijo...

Cervantes quiso en su Quijote satirizar la grandielocuencia y la forma de escribir en las novelas de caballerías del momento, cuya erudicción era casi incomprensible para los ciudadanos de aquel siglo. Cervantes abogaba por la sencillez, el ritmo en la frase y la claridad de lo escrito con palabras del habla cotidiana y popular, dadno a conocer cómo debía ser el idioma castellano. Por eso D. Quijote vino a "desfacer entuertos"