viernes, 13 de noviembre de 2009

SOPLOS Y ASPIRACIONES


Soplo aspiraciones,
hacia lugares que se vuelven vientos,
recogiendo energías y parajes
de todo lo que existe,
de todo cuanto amo y me ama,
a pulmón abierto,
henchido de temores y quereres.

En la vertical paciencia del alminar
se conmueve y bifurca
el pensamiento en el aire,
entre lo esencial y lo superfluo,
la presencia y lo presentido,
lo aspirado y el soplo
de los sintagmas
que dan vida, boca a boca.

Y descubrimos el lenguaje
en lo alto de los tiempos,
prendido como fruto, dulce o agrio,
de los largos brazos de un coquí,
o en el vaivén errante de las cosas.

Y allí,
aspirando soplos,
soplando aspiraciones,
comienza el poema en soliloquios
a revolotear en conjuros opacos
y convertirse en suspiros fuertes
que tratan de llamar respuestas.

Monzones que argumentan vértigos
por los puentes de arena
se ondulan los soplos,
dejando que quepan las aspiraciones
y rocen los contornos de los otros,
para trasformarse en dunas
amarillas, rojizas, malvas,
como líneas de pechos
que amanten extremos unidos:
boca junto al pezón,
palabra junto al silencio,
soledad frente al amor.

lunes, 2 de noviembre de 2009

HOY ME LEVANTÉ AL AMANECER

Hoy me levanté al amanecer
sin poder dormir entre las sábanas,
y me vine aquí,
a este cuadro de insomnios y verdades,
a este rincón de opacos sentimientos
donde se conversa a solas como un loco,
en la soledad de las noches crueles.
Y oí el canto de un pájaro que aún dormía...
y el verde de los pinos que aún eran grises...
y la luna nueva que soñaba
junto a la Osa Mayor tirando de su carro.

Venus me guiñaba sus ojos......
y luché, por luchar, contra los signos,
embelesándome.

Bajo la cúpula atroz de lapislázuli
dialogaba con los fantasmas de siempre.

Sentí pudor de gritar ausencias
porque no hay más luz que la luz,
ni más océano que el inmenso,
a cuyo viento navegan los poemas
zozobrando en conjeturas y en fiestas,
prendiendo lazos en los sauces,
oyéndose en el rumor de las abejas
y oliéndose en la madera verde.

Resistir a lo enajenado,
igual que lo hace el bosque a un desierto,
afianzado, lleno de raíces,
lleno de ramas entrecruzadas,
sirve para vestir una desnudez
tejiendo túnicas sin materia:


Sintetizo, exprimo sabias, avanzo,
rezuma agua, y aún así,
adolezco de muchas carencias.

Oh¡,
la mañana ya clarea y temo retornar a mi cordura...

En la distancia en que nos vemos
no debe haber iris de colores:
solo brisas,
ecos,
sentimientos.....
no ser de uno mismo
-aunque se sea -
siendo del otro
al que se ama.

Así la soledad, será más pequeña.


© Luis Vargas

sábado, 19 de septiembre de 2009

AÚN DESPUÉS

AÚN DESPUÉS

Te hablaré de aquella hora
soluble en el espacio, parecida
al rocío de la mañana,
que tiembla en los labios de una fresa.

De la alegría de la casa, de la huerta,
del rosetón de colores, del río.

Te hablaré del sol cuando nace
detrás de la montaña. De tu casa
y la mía, del camino que hay
chopera arriba, de tus ojos, de la luz
de la almendra, de las superficies
y los ángulos.

Te hablaré de lo que hubo, de lo que hay,
de lo que queda, de lo de siempre, de tu sonrisa...

Ay, todo sigue igual y continúa, vibra
como lo hace el cuerpo enjaezado de caricias
con aquel escalofrío medular de la noche inmensa.

Todo sigue igual: los niños juegan,
el olor a pan recién horneado, las vides
con su misterio, los sueños…

Te hablaba…
y aunque ya no pueda, te cuento, -bien lo sabes-,
desde el cenit de la ladera, cuánto amé la vida,
cuánto te quiero,
aunque hoy esté muerto para ti
y la vida siga.


© Luis Vargas