martes, 6 de noviembre de 2018

ENSORTIJAMIENTOS

La tierra tiembla,
las casas se desparraman en cuarterones de ladrillos
como las palabra de versos sin crítica,
la gente corre y se refugia
como los poetas ofendidos que no aceptan enmiendas,
el mar ocupa la tierra
como el tsunami de los independentistas,
que se ahogan en querencias rebeldes.

Todo está "patas arriba" y nadie puede explicar
las razones de la complejidad del pálpito
si no tiene titulación de medicina, ni es maestro,
ni crítico de arte, ni tiene diplomas
por mucha experiencia que consigne en sus lecturas
porque nadie escarmienta en cabeza ajena.

Extenso fue el verano,
 el reloj solar mantuvo un disloque de asfixia,
los frutos no sazonaron,
y la pulpa de copihue se la llevo el tenebroso viento
como brujas vestidas de musas,
que intentan solazar a empujones y con mentiras
los versos sin ritmo de amores rancios.

El hombre estará siempre solo escribiendo largas cartas
como deambulando por avenidas desempedradas,
sin saber por qué se caen las hojas de los árboles
o cual es la ciencia de la poesía,
porque lo único que necesita es que le saquen
de debajo de los escombros,
contar después sus cuitas como terapia del shock traumático
y que le vitoreen sus pesadillas urbanas.

© Luis Vargas Alejo

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