POEMAS TEMPLADOS: LIBRO DE POEMAS 2010
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He de escribir deprisa
porque se acaba el tiempo,
realidad fragmentada,
la posibilidad en un misterio,
argumentos que eviten
la muerte definitiva,
una fantasía, sueños
que circundan de esplendor
el futuro que no existe,
tentación de ser poderoso
bajo sospecha de lo prohibido,
manzanas agusanadas en el árbol
de la ciencia, poder del que
lo plantó, dominancia, astucia,
símbolo y destino,
mientras el hombre agoniza
por la farsa de la fe
porque todo es terrenal,
todo es materia,
y aunque los coros canten
a lo invisible,
sólo existen los bosques
muertos o vivos.
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Se ocultan los girasoles
las proezas y las meigas,
naves extrañas como serpientes
cruzan el cáñamo y el trigal;
la Tierra tiembla
y el hombre vuelve a inventar
profilácticos aconsejables, pero no,
no hay salida tras la catástrofe
para los muertos.
Todo sucede sin razones aparentes,
como un destino de acoplamiento celular
de la naturaleza agreste y desbastadora,
que se ceba en los más débiles como una
casualidad.
¡Oh, Dios, que mala creación tuvimos,
que designios de sufrimiento y dolor,
que angustia vivir la vida llena de ignominia,
de ira y soberbia, de duda y desesperanza.
¿Qué padre puede castigar con ese rigor
y dureza a sus hijos?
No, cada vez lo veo más claro, tú no estás
en éste mundo. Tú no existes. Te ignoro,
como le hago al poderoso que abandona
su empresa y no paga al obrero que le sustentó,
matándole de hambre
cuando sus ganancias no son las que espera,
mientras él vive en el Olimpo.
Plagas de crisis sustentan la desarmonía
el desamor y las guerras:
los muertos lloran por lo vivos calladamente.